“Sigo siendo yo”es el lema que este año ha elegido, en este Día Mundial del Alzheimer, la Confederación Española de Familiares de Personas con Alzheimer y otras Demencias (CEAFA), en un doble intento de sensibilización frente a esta enfermedad y de concienciación del impacto y las consecuencias socio-sanitarias que causa en toda la Humanidad.

Multitud de colectivos, asociaciones, administraciones y organizaciones no gubernamentales de todo el mundo se suman a este día mundial y a su carácter reivindicativo, de reconocimiento y visibilidad. Y es que la enfermedad de Alzheimer es una auténtica pandemia de este siglo XXI que va avanzando. En España afecta actualmente a más de 800 mil personas, aunque hay que decir que la mayoría de los casos que se encuentran en su fase inicial todavía está sin diagnosticar.

Los profesionales del ámbito sanitario, especialmente los que trabajamos en salud mental, sabemos bien de los efectos demoledores que el Alzheimer tiene para los pacientes y, desde luego, también para su entorno. Se trata de una patología progresiva, sin curación hasta el momento (pero con importantes y necesarios tratamientos paliativos), que produce una pérdida de los recuerdos, la identidad propia y las habilidades. El deterioro cerebral, la muerte neuronal, finalmente lleva a la muerte del afectado.

Esta patología del cerebro humano no tiene unos orígenes o desencadenantes que estén totalmente identificados, aunque docenas de equipos científicos en todo el mundo trabajan en sus diferentes aspectos para desentrañar sus secretos y en un futuro poder curarla.

Tenemos que aprovechar este día todos (familiares, enfermos, sus asociaciones, colectivos, administraciones y profesionales de la salud) para dar a conocer el estado actual de cosas, pero también para trasmitir esperanza y mitigar, en lo posible, la sensación de desamparo y angustia en la que pueden encontrarse los enfermos, sus familias y personas cercanas.

Existen tratamientos integrales que se abordan desde la Psiquiatría, la Neurología y la Geriatría, con recursos especializados, que hacen posible tratar al paciente también en la fase avanzada de la enfermedad. En este abordaje del Alzheimer se pone énfasis, además, en la importancia del descanso del familiar cuidador.

Por tanto, hay que decir claramente que existe apoyo clínico al enfermo y a su entorno. Un apoyo que puede hallarse tanto en la sanidad pública, como en profesionales e instituciones privadas como Clínica Bandama. Además, las ONG y asociaciones de enfermos disponen de recursos, información y sistemas para canalizar las necesidades e inquietudes de los afectados. Se trata de una suma de esfuerzos de un valor inmenso al que se añade el trabajo investigador, que busca aportar más y mejores tratamientos, que sin duda traerán en el futuro la cura de esta terrible enfermedad.

Si necesita información acerca del Alzheimer acceda a la página de CEAFA: